miércoles, 27 de noviembre de 2013

El perejil


Eso que me pasó una vez con aquél
Le pasa a él conmigo
Yo sabía que era real
Por eso daba tanto miedo
No es un capricho
o una tendencia edípica
No se puede explicar o evitar
hay que atreverse hasta el final
Y hacerlo con furia
Porque nos enoja nuestra capacidad animal
lo vivimos como una debilidad
Una vez le propuse jugar a alguien
Y se aburrió a la mitad
Una vez me subí a ese tren
Y me tiré antes de llegar
Ahora vago por la ciudad
A ver qué tiene para mí
Soy el “perejil” del homicidio popular
Soy el ala de la paloma coja
Y una isla salvaje sin hombres
pero menos peligrosa que esta ciudad
acá también se comen a los más débiles
y no es natural




lunes, 25 de noviembre de 2013

Noche buena con un invitado especial

Noche buena, viajé cruzando la ciudad, transpiraba, calor, humedad, cañita voladora precoz, niños mandaban mensajes de texto a papá Noel.

 Cuando por fin llegué a la casa de mis abuelos, entré por el portón, en verano era común que estuvieran en el jardín, me crucé primero a Lara qué me miró y retrocedió, empezó a correr en dirección contraria, volteando la cabeza cada tanto, con los ojos muy abiertos, como corroborando lo que vio en mí. Qué raro, pensé, cuando vengo siempre me salta encima. 
 Mi abuelo estaba cortando el pasto con una vieja cortadora manual al lado del regador de plantas antiguo, que cada vez tenía menos agujeritos. Cuando me vió se acercó a saludarme, estaba en cuero con su sombrero blanco de paja que usaba en verano, me sonrió y cuando me estaba por abrazar se quedó parado con los brazos extendidos como tomando distancia, me miró con un leve horror. Le dije:

    -No sé qué pasa, Lara huyo de mí y ahora vos me miras así.

    -No pasa nada Yami, tranquila, los perros son exagerados, es que se te metió un diablo en el cuerpo, no te preocupes, es chiquito, ya llamo a la abuela para que te lo saque-.

Crash-crash


Tengo el corazón en la vagina
Y la vagina en el corazón
Laten mis vergüenzas
Me abro al amor
Traigo bajo el brazo,
El cerebro remendado
Juguemos con él un picadito
Si me fumo la palabra “ex”  otra vez
Voy a dejar que te consumas solito
 Como un cigarrillo barato
Que te apagues en tu charquito
Me produce rechazo el bueno avivado
Me enamora el malo perturbado
Que me enloquezca en vertical o lateral
Que me raje desde adentro para afuera
crash–crash
Otra vez soy una quinceañera
Tan distraída como el mundo me deja ser
tan transparente que no me ves
y me voy bailando (para disimular)
antes de que me eches
dejé pedacitos míos a tu alrededor
para que te cortes y salga algo de vos