Inconscientemente siempre busqué la humillación, debe ser
por la relación que tengo con mi padre, un ser violento y detestable.
Cometí muchos errores
en mi vida; dejar los estudios, trabajar en lugares de mierda, perder el tiempo
como si no hubiera un mañana, pero el más grande fue: elegir novios tan violentos
y detestables como mi padre.
Por suerte
encontré una medicina para tanto veneno
cotidiano: El rock.
Estoy en Constitución
esperando el 91 me dirijo a Parque roca, en donde habrá un festival de rock
gratuito, unas bandas de mi agrado van a tocar, cuento con un contacto que va a impedir que pierda el tiempo haciendo colas,
me va a dar una buena ubicación, además
de lo de siempre: posibilidades inesperadas, Dani es súper generoso.Tiene un
laburo envidiable en la radio del rock, hoy hacen delivery del recital en vivo.
Él comparte los beneficios de su trabajo con gente piola y yo soy lo más piola que vas a
ver por Bernal.
No tardó en llegar el colectivo. A pesar de haber estado
estudiando el viaje de ida bastante, mirando y volviendo a mirar las paginas
gastadas de mi guía t, y debo decir que es la mejor compañera para gente de
provincia que se anima a viajar a la ciudad, no tengo muy claro en donde debo
bajarme, sé que hay zonas un poco marginales que rodean el lugar a donde voy, me da miedo bajarme mal y caer en un barrio
peligroso. El colectivo tiene todos los asientos ocupados, pero no hay
tanta gente parada, voy hasta el fondo y empiezo a observar la gente que viaja
conmigo, descubro algunos chicos con remeras de las bandas que voy a ver, me
tranquilizo y pienso: solo debo bajar cuando ellos lo hacen, es imposible que
sea una casualidad. Después de veinte minutos de viaje observo por la
ventanilla un barrio humilde, veo un monoblock gigantesco, muchos chicos y
chicas jóvenes, algunos con indumentaria deportiva y colores llamativos
contrastando con los no colores de la pared del edificio. Hace un día hermoso de finales de verano, la gente está disfrutando
de los últimos momentos de sol que ya
amenaza con esconderse del todo. Una curva más y las personas con remeras de
bandas se ponen en fila en la puerta para bajar, llegamos.
Los sigo y logro entrar luego de ser revisada por la
seguridad en la puerta, no hay cola
porque ya arrancó a tocar la primera banda y vamos todos como en una procesión.Voy mensajeando a mi as en la manga, él me contesta los mensajes dándome indicaciones. Así fue que nos encontramos
sin inconvenientes gracias a sus coordenadas aptas para tontos. Lo vi venir con el estilo ska punk del far
west que lo caracteriza, remera negra de alguna banda del palo, bermuda también
negra, esa cresta liviana que le da look
de muñequito troll (googlear si no tuviste uno en la época del noventa) sus
ojos pequeños y esa mirada vacía que siempre me inquieto (tiempo después me
contó algo que al menos para mí explicaría esta característica, me dijo que
le había entregado su alma al diablo a cambio de mujeres atractivas, es creer o
reventar, lo que puedo decir al respecto es que la novia es realmente muy
atractiva) se detuvo a mi lado, me saludó sin mirarme a los ojos con un tono de
voz muy bajo, luego miró hacia ambos lados como quien está robando o haciendo
algo malo y sacó una tirita de papel verde
fluo del bolsillo, con un hit rockero me coronó la muñeca poniéndome la
pulserita del PASE LIBRE. Sentí que tenía un orgasmo frente a los menos
afortunados, los mal pensados me miraban imaginando vaya a saber uno qué cosas, Dani me explicó por dónde podía moverme con libertad y donde iba a estar él para que después si
quisiera fuera, también me comentó que estaba por llegar la negra, su novia.
Me quedé parada en donde estaba deleitándome con esta banda, siempre pensé
que el guitarrista era viejo, por su pelo blanco, después me enteré que era
albino. -¡¿Albino?!-Dije sorprendida, yo hasta el momento no sabía que había
albinos tan bellos. La lista que estaba tocando la banda era realmente
hipnotizadora, hit tras hit, se pasaron como cuatro temas cuando me acorde de
la negra, miré el celular, tenía 3 llamadas perdidas y dos mensajes de ella. Me
volteé y la vi con Dani, él le estaba poniendo la pulserita, Dani me señaló enseñándole
donde estaba yo, la negra se me acercó y me dijo si quería ir detrás del
escenario, lo que pasa es que ella ya estaba harta de tanto recital y
disfrutaba más compartiendo con el equipo de la radio. Yo ya había visto esta banda en
más de una ocasión y me parecía que ir detrás de escena podía ser interesante,
accedí. Nos dirigimos hacia la valla, la cual tenía un espacio vacío que era ocupado por los de seguridad para que no
pasara la gente, les enseñamos la pulsera y nos abrieron paso, ya no éramos gente. Corrimos una cortina negra y fue como entrar a otro mundo
habían armado una carpa para todo el equipo de esta radio, había un living y
heladeritas.
-Esto es genial- pensé. Había muchos hombres de negocios pero con
look rockero yendo para un lado y para el otro. Creo que ahí se tejían negocios
más grandes que los Rolling.
Necesito explicar esta urgencia de hombres en quienes
pensar, yo estaba huyendo de una relación inmadura que me enfermaba y que no
podía dejar, aún ese día esta no había terminado. Yo ya no tenía vida social, me había quedado
sola por encerrarme en su casa queriendo escapar de la mía. La verdad es que
soy muy focal cuando me enamoro, no tengo ojos para otros, ni tiempo para nada
más, pero tras tanta humillación, debí
amordazar mi corazón y ordenarle a mi razón que hiciéramos un plan b, ya no iba
a quedar como una tonta, mi última juventud no la iba a desperdiciar en ese
come seso. Así que el hecho de haber ido
hasta allí sola, dispuesta a conocer gente y animarme a mirar a otros era toda una
declaración de guerra a aquella que ya no era. Volví a mi base, siempre me gustaron los rockeros pero me sentía
grande para ser una groupie, cuando vi a estos hombres de negocios (pero
rockeros) sentí que se abría un nuevo horizonte, me sentí satisfecha con el
hecho de descubrirlos y desearlos, no necesitaba uno de muestra, con mirar a
alguien que no fuera aquel parasito de la higth society era feliz.
Pude identificar a los hombres de puestos importante no solo
por su postura sino también porque
llevaban pulseritas de color naranja flúo de mejor calidad que la mía, eran
cuarentones, iban hablando por radio, algunos tenían pelos grises, pero sus
canas estaban mejor cuidadas que mi melena, llevaban remeras de bandas como The
who, acdc, Tom petty, chupines y zapatillas de marcas skaters. Un despliegue de
onda y buen gusto.
Me sentí afortunada de estar allí, supongo que los hombres
podrían sentir lo mismo estando detrás de escena en un desfile de modelos.
Nos sentamos con los obreros del rock, asistentes y
productores, al lado de los refrigerios, un hombre gigante con pelo largo y barba
larga, me saludó y me dijo que me sirviera lo que quisiera, agarré una lata de
cerveza Quilmes de la heladera en donde estaban las bebidas. Este hombre se presentó
como “Mortero", estaba vestido de negro, usaba una remera gastada de Pappo que
dejaba escapar un tercio de su panza, un chaleco de cuero con tachas y muchos
escudos de bandas y cosas referidas a motos, lo acompañaba un chico que me dijo
su nombre pero no lo escuché, traía remera de la radio. Nos sentamos al lado de
ellos, bromeamos sobre la banda
principal que estaba por tocar y la habíamos visto llegar en un carrito de Golf
con aires de grandeza, parecía que habían hecho hoyo con la humildad, de todas formas no creía que el rock debía
ser humilde, pero cuando uno conoce gente se apresura a bromear sin pensar. A nuestros pies había unos cables, los seguí con la mirada por
el piso hasta que estos se suspendieron
y me condujeron a las manos de Dani, el cable terminaba en una cámara sostenida
por un hombre que estaba filmando a un señor con un micrófono parado de
espaldas a un banner de la radio. La negra me dijo que ese era el notero
estrella y se ríó. Lo miré y noté que me costaba dejar de hacerlo, supuse que
este hombre estaba muy lejos de mi, yo me reconozco tímida, él se exponía ahí, conducía
en vivo sin ponerse nervioso, hablaba con las bandas, los frontman lo buscaban
y lo abrazaban, pensé: “a este le fue tan bien que debe ser un agrandado” así
que comencé a ignorarlo no quería inflar el ego de nadie, ya había visto estallar algunos.
Cuando terminó de transmitir vino hasta donde estaba yo y se presentó, me resultó rarísimo, le habré parecido una
intrusa, pensándolo bien este era un círculo cerrado, como una alianza, y a propósito
no voy a dar su nombre. Cuando me besó en la mejilla y sentí su piel, extraña para
la mía, quise estirar ese momento, el roce era fantástico, la mejilla no estaba
sudada ni seca, era suave, tersa, no me golpeó, la apoyó unos segundos pero con
algo de presión, sus labios rozaron mi mejilla que es blanda y blanca. Su piel
era morena y contrastaba con la mía, podíamos hacer un perfecto yin yang. Le dije
mi nombre sin sonreír.
Con la negra agarramos nuestra segunda lata de cerveza y nos
acercamos a Dani que estaba parado en una rampita que llevaba al escenario
hablando por radio. Yo me paré abajo agarrándome de la baranda que eran unos
caños largos y los usé para estirarme, mientras lo hacía miré hacia atrás y lo descubrí al notero estrella concentrado
mirando mi short de jean, la parte de atrás de mi short de jean. Al descubrirlo
intentó disimular pero no lo logró totalmente, y yo me reí de su torpeza.
Ahora que le había gustado una porción mía podía mirarlo sin
miedo a ser rechazada.
Dani me estaba contando todo el maravilloso plan para esa
noche, quería mostrarme el hogar que habían constituido con la negra en Martin
coronado, darme de comer, beber, y
presentarme a sus verdaderos amigos, me dijo que me podía quedar a dormir. Dani es súper generoso como creo haber dicho
anteriormente. Volvimos para sentarnos en los silloncitos y servirnos una
tercera cerveza, en el de al lado estaba
sentada una mujer de treinta y pico, tenía un rostro bello, algo en él me hacía pensar que era una mujer de carácter, estaba vestida de una manera algo jovial para su
edad, pero no le quedaba mal, era delgada y alta, estaba con dos niños
pequeños, uno de aproximadamente tres años y otro de siete, eran hermosos,
traviesos, el chiquito era más que travieso, era peligroso estaba arrojando
piedras que se acercaban a todo lo rompible (equipos, narices, mi imagen) hasta
que la mamá lo reto, vi como el notero estrella se acercaba al más pequeño sonriendo
como orgulloso del niño quilombo y lo levantaba a upa. Me quedé mirándolo mientras la decepción ensombrecía mi
rostro, luego noté que la mujer me estaba mirando con cara seria así que disimulé tan bien como su marido lo
había hecho anteriormente al mirarme el culo. Al rato se dispusieron a marcharse él vino y se despidió con un beso en mi
mejilla, que no pude llegar a disfrutar porque detrás vino el de ella, cálculo
que quería borrar el de él, acompañado de ese beso frió y tajante se presentó,
su nombre era algo así como: HOLAEXISTO
YESTOYMIRANDO.
Yo pensé- Mientras tenga la pulserita del PASE LIBRE voy a moverme por donde quiera, voy
a cruzar los límites y el acceso a mi conciencia estará vallado-.