No, no estoy engualichada.
Basta con el agua.
Que se me desacomoda el flequillo,
y se me corre la máscara de pestañas
¡Dije basta!
No es que hablé en lenguas,
no entendés el idioma del amor,
y a decir verdad, es curioso que te creas mejor.
Ya sé, no es negocio dar todo por nada.
Pero no, no estoy engualichada.
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