Yo me acuerdo de Millie Stegman, de la dureza en la expresión del rostro de su personaje cornudo en una tira diaria.
El
lugar de madre fue ocupado por distintas mujeres a lo largo de mi vida,
comprendo que dirigí esos castings por ser medio huérfana como decía
alguien que solía ser mi amigo. Sera que las novias de mi padre eran
demasiado jóvenes o que mi abuela a pesar de su juventud nunca había
fumado un porrito, como sea a mí no me gustaban esas opciones y pensaba
que tenía derecho a elegir una mamá por no tenerla, ya que los que si
tenían debían quedarse con esa, me parecía lo justo. Absurda lógica,
los razonamientos nunca nos llevan a la verdad ya lo dejo claro Sabato.
Yo
quería una mamá como lo hubiera sido la mía de estar viva, una que
había tenido su época de oro en los ochentas, aún recuerdo como deseaba
sacar a Fabiana Cantilo de la tapa de aquel CD y pedirle que me
adoptara. Una mamá viva, una mamá de los ochentas.
Siempre me costó
mirar a los ojos, me duelen cuando lo intento conscientemente ante la
demanda de un descreído, mi cuerpo se rebela y me pesan como abrir
antiguas persianas sin uso, ejercen resistencia como queriendo
decirme: ¡No! Nos duele.
No entienden cómo puedo siquiera
intentarlo siendo que ya no podre mirar los ojos de la persona más
importantes: los de ella. Se rehúsan a encontrarse con otros que no
sean aquellos ojos, como si las otras miradas no valieran nada, son
caprichosos pero saben lo que hacen, es decir: ¿Cual otra mirada en
comparación puede tener algún valor? ¿Cuál otra puede ser tan
protectora, iluminante y focal?: NINGUNA.
Es prudente sin embargo
hacerlo, la gente te creé aunque digas que tu compañero de oficina es
Clark kent, los hombres se enamoran fácilmente y las mujeres te temen
como a los locos.
Pero mirar a los ojos no alcanza para lograr una
conexión, hay algo que nos tiene que pasar. El amor debe ser sincero
como un blues, valiente como un súper héroe y dar mucho miedo como la
locura.
"No ha de ser el miedo a la locura lo que nos obligue a bajar la bandera de la imaginación"
ResponderEliminarAndré Breton.